En los últimos tiempos la tecnología ha revolucionado tanto nuestra forma de relacionarnos como nuestra manera de trabajar. Por ello, las Metodologías Ágiles vienen siendo implementadas con éxito en muchas compañías del mundo, como por ejemplo las software factory, para el desarrollo de proyectos que exigen rapidez y flexibilidad.
Teniendo de base principios como la agilidad, la automatización, la analítica de la información y la seguridad es que la aplicación de Agile, como también se le conoce, impulsa a las empresas a innovar en sus procesos con la finalidad de entregar productos y servicios de gran calidad, además de reducir tiempos y costes.
Según especialistas en el tema, la implantación de este método ofrece mejoras a todo nivel dentro de una organización. Por lo general, genera una reducción de un 30% hasta un 75% en el ‘Time to market’, así como un 50% en fallos operativos. Incluso, incrementa la productividad entre 30% y 50%.
El origen de las metodologías ágiles
El Manifiesto Agile es el origen de este método y fue creado en el año 2001 por los CEOs de las principales empresas de software, quienes se basaron en las mejores prácticas comunes de cada compañía. Cabe aclarar, que hoy en día este método se ha extendido a todos los sectores productivos.
El planteamiento básico es elaborar proyectos únicos asignados al trabajador con plazos de entrega muy cortos. De este modo, en una empresa de software el colaborador enfoca todos sus esfuerzos en esta tarea, y realiza un desarrollo a medida ofreciendo al cliente entregas o adelantos constantes para tener en cuenta su feedback.
Bajo estos principios, quedan conformados diversos grupos de trabajadores por proyectos, en los cuales el cliente se involucra en el proceso de principio a fin. Participa también de los avances de éste y aporta su punto de vista en todas las etapas de su desarrollo.
Beneficios de implementar esta metodología