Blockchain: Revolución financiera, posible, pero aún lejana

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Por ASAP Consulting

Lisandro Bermúdez, colaborador experto de ASAP, escribió sobre Blockchain y cómo esta irrupción devuelve a los usuarios la capacidad de tener la información de sus transacciones.

Actualmente, en una transacción típica financiera como puede ser una transferencia de fondos desde una caja de ahorro hacia otra, los dueños de esas cajas, no tienen control alguno sobre el proceso, de hecho solo los bancos involucrados tienen toda la información.

Esto genera una dependencia enorme, ya que son los bancos los que imponen y manejan la forma de hacer las cosas, sus tiempos, sus políticas -entre otras cosas- para llevar adelante y completar la transacción.

De esta manera, los dueños de esas cajas de ahorro, quedan sujetos a las condiciones impuestas por las instituciones financieras y, claramente, a sus costo/comisiones.

Descentralización financiera con Blockchain

El Blockchain o cadena de bloques, viene a descentralizar toda la gestión anterior, el motivo principal es que el control del proceso es de los usuarios y no de las instituciones financieras.

¿Qué es entonces la cadena de bloques?

La cadena de bloques es un gigantesco libro contable en donde los registros (los bloques) están enlazados y cifrados para proteger la seguridad y privacidad de las transacciones financieras.

Es, en otras palabras, una base de datos distribuida y segura (gracias al cifrado) que se puede aplicar a todo tipo de transacciones que no tienen por qué ser necesariamente económicas.

Estos bloques enlazados cuentan con un puntero hash (codificado) que enlaza al bloque anterior, además de una marca de tiempo y los datos de la transacción. Toda esa información es pública.

¿Qué significa esto?

Que la cadena de bloques, aunque protege la privacidad de sus usuarios, permite controlar la trazabilidad de esas transacciones financieras, en todo momento se sabe dónde está el dinero.

Quizás sea cierto que en este momento la criptomoneda más conocida sea la Bitcoin. Esta se basa más en la especulación que en el volumen de pago real.

Esta especulación está estableciendo un precio lo suficientemente alto para la moneda, lo que hace que los pagos se vuelvan prácticamente posibles.

Esto tiene que ver con que el Bitcoin tenía que valer algo antes de que pudiera soportar cualquier cantidad de volumen de pago en el mundo real.

El hecho de que esta criptomoneda haya aumentado su valor en parte se debe a la especulación, está haciendo que la realidad de su utilidad llegue mucho más rápido de lo que hubiera sido de otra manera.

Bitcoin: Red de cuatro puntas

Hay cuatro puntas que participan en la expansión del valor de Bitcoin como consecuencia de su propia participación interesada.

Esos grupos son:

  1. Consumidores que pagan con Bitcoin.
  2. Comerciantes que aceptan Bitcoin.
  3. “Mineros” que ejecutan las computadoras que procesan y validan todas las transacciones y permiten que exista la red de confianza distribuida.
  4.  Desarrolladores y emprendedores que están creando nuevos servicios.

Los cuatro juegan un papel valioso en la expansión del valor del sistema en general, pero el cuarto es particularmente importante.

Esta cadena de bloques, la cual lleva tiempo prometiendo verdaderas revoluciones en diversos ámbitos, no logra romper el molde. Aún no se han logrado imponer, y tanto el dinero de curso legal FIA, como los sistemas de pago que le rodean (transferencias, tarjetas de crédito y débito o servicios tipo PayPal) siguen existiendo.

¿Por qué el blockchain no lo logra?

Hoy por hoy la cadena de bloques sigue asociada a las criptodivisas que, a mi entender, a menudo asociamos también con términos como burbuja, especulación, anonimato y tráfico y venta ilegal de mercadería.

Superar esa concepción es probablemente el primer paso para comprender que el sistema distribuido que plantea la cadena de bloques, puede en efecto ser una verdadera revolución en nuestro mundo, ahora queda por descubrir cómo demostrarlo.

Descentralizar industrias como la financiera es mucho más complejo de lo que parece, sobre todo porque esos mismos intermediarios tratarán de rechazar esos cambios o adaptarlos a sus propias necesidades.

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